MIXTO I (PROSA Y MICRO-RELATO)
lunes, noviembre 17, 2014"SIMPLE LOVE" |
Google Imágenes/ Editado con Picasa 3 (Encontrarás el amor allá donde menos esperes...tú limítate a ser paciente) |
Nadie me pidió enamorarme.
Ni siquiera un hombre...
Ellos siempre se mostraron interesados
solo por un bonito rostro; el mío.
Ojos verdes, cabello de oro, cuerpo
menudo y una sonrisa espléndida: llena de secretos.
El secreto es que mis sonrisas no eran
tan esplendidas como creían, no.
Porque yo estaba muerta por dentro,
Mi corazón estaba podrido a pesar de
que no fumaba,
Mi alma estaba putrefacta.
Yo, estaba muerta en vida.
No comprendía como, una persona tan
joven, podía ser tan amarga,
De carácter tan ácido.
De parecer tan dulce; un añadido falso
y perjudicial. Algo ajeno a lo natural...
Rompí corazones, empezando por el mío.
Y no recuerdo cuando empezó todo...
Me refiero a mi propio drama:
Las noches en las que lloraba,
Los amaneceres tristes y solitarios. El
silencio me asesinaba, poco a poco.
Y las jornadas, de dolorosa
resistencia, en la que al llegar a casa...
Me sentía morir, una y otra vez. Ahí
es cuando estallaba.
Las lágrimas sucias, apestosas;
recordaban a agua estancada.
Era como una malvada reina arrepentida,
Sin ganas de salir con las amigas,
Ni de coquetear con los hombres.
No me apetecía comprarme ropa, ya no.
Nada de eso.
Solo quería un corazón nuevo y una
alma sana.
Así fue como esa ambición,
Me llevó a la obsesión....de
castigarme a mi misma.
Me odiaba tanto, que me lastimaba.
Tanto, tanto, que me deprimía...sin
razones, o esas que yo creía:
De un sueño roto, una vida
resquebrajada, una joven echada a perder;
Una muñeca rota sin valor alguno.
Aparcada en un vertedero, abandonada. Sin magia...
Me tenía tan poco aprecio, tan poca
estima, tanta manía...
Todo era un “tanto” melodramático,
que terminé por sucumbir a las sombras de la vida,
Y finalmente, a la más absoluta
oscuridad.
Nunca esperé ser rescatada, ese día,
solo pensaba en morir.
Quería que mi cuerpo pereciera, para
así, poder nacer de nuevo.
Pero lo hicieron, me salvaron, pero no
de la forma que esperaba.
Es decir, no de la forma romántica con
la que soñaba. Con la que siempre imaginé...
Estuve meses ingresada por los daños
físicos que me causé...
Y después, profesionales se plantearon
lo de cerrarme en un centro psiquiátrico.
Entonces lo supe, yo siempre había
estado...loca.
Y sabía que mi psicosis me había
llevado hasta ese extremo.
¿Pero porque?
No sabía responder a esa sencilla
pregunta, era tan complicado. Yo lo era. ¿Quién me iba a querer
así?
Finalmente, acabé yendo a un psicólogo
y a un grupo de ayuda,
Pero nada de eso me ayudó realmente,
sino que fue el quien...alguien.
No sabía si eran sus consejos o su
aterciopelada voz, tal vez todo.
Pero la cosa es, que me enamoré de mi
propio psicólogo
y eso...me devolvió la sonrisa.
Sanó mi corazón y lo limpió
Y restauró todas las partículas de mi
despellejada alma,
Y aunque él no me respondió, pues
estaba casado y tenía hijos,
Prometí que le esperaría...siempre.
Aunque eso me costó lagrimas; estas,
ahora limpias y cristalinas, saladas y con olor de mar.
Comprendí el amor...y me comprendí
milagrosamente a mi misma.
Si, quería enamorarme.
Quería casarme.
Y tener hijos!
Me dio miedo la búsqueda, así que no
busqué.
No volvería a caer en el mismo error,
ahora que me amaba a mi misma, no.
Podía esperar...podía hacer tantas
cosas!
Me limité, como una tonta, a leer
novelas románticas,
A tragarme películas de amor; de
verdadero amor, una tras otra.
Las noches, las pasaba en vela,
escribiendo poemas
Y las mañanas, despertaban con música.
En mi jornada, había recuperado el
positivismo y las ganas de emprender un negocio.
No tenía amor, pero tenia fe, que es
lo importante.
Jamás volví a jugar con hombres, ni
dejar que ellos lo hicieran conmigo.
Pasé años y años sin salir, sin ver
a un hombre, ni siquiera tener sexo.
Tenía veintisiete años y aún no
había hallado el amor.
Puede parecer triste, pero sin embargo
era feliz conmigo misma. Había aprendido, por fin.
Creo que mi problema, desde bien joven,
fue querer tener un príncipe, que nunca nunca llegó.
No busco excusarme, ni redimirme, no
quiero penitencia, solo mi propio equilibrio emocional. Con eso me
basta y me sobra. Era una mujer realizada y satisfecha; pletórica.
Y que decir, el negocio estaba siendo
un éxito y tenía tanta, tanta fuerza...
Creo que esa energía, la independencia
emocional y la valentía que entornaba a eso, llevó como resultado
una realidad que jamás, a esas alturas de mi vida,me hubiera
atrevido siquiera a plantear.
Joaquín, el psicólogo, se presentó
en mi despacho pidiendo ayuda: ayuda, a mi!
Se iba a separar y yo como abogada,
accedí a ayudarle.
Lo veía destrozado, pero poco a poco,
dando ejemplo de su profesión,
fue remontando y aceptando las duras
adversidades que se le venían encima.
“Eres ejemplar, Joaquín”, le dije
un día, a lo que él me contestó: “Solo hago lo que tengo que
hacer, porque amo cada momento de mi vida, amo a mis hijos; que es
por lo que lucho...y amo ser lo que soy, aparte de profesionalmente,
alguien que ha sabido decir basta cuando y como tenía que hacerlo.”
Me quedé sorprendida, ya que yo
pensaba que era ella quien le había dejado y no al revés. Además sus palabras me dieron que pensar, las sospesé en mi mente,
convenciéndome de que en realidad era una sencilla respuesta.
Joaquín era un hombre sencillo. Y eso me gustaba de él.
Tras un silencio que parecía
perpetuarse, él me miró intensamente y me dijo:
“Noelia, yo te amo a ti, pero antes
no te pude corresponder...yo, poco a poco, fui dejando de querer a mi
esposa y no comprendía ese sentimiento de desamor...como jamás
seguiré sin comprender el de volverse a enamorar. Admiro hasta donde
has llegado y me alegro tanto...tanto que cuando esto acabe, quiero
empezar algo contigo. Pero seremos pacientes, haremos las cosas bien,
Noelia. Somos adultos, podemos abstenernos de los impulsos por un
tiempo. Sé que podemos “.
Lo iba a ser: iba a ser paciente, de
echo ya me había acostumbrado a serlo, así que acepté y
postergando ese amor, me puse manos a la obra en su caso...
El día del Juicio todo se desarrolló
sin problemas, la custodia de los niños resultó compartida. Él
estaba impasible, mientras su mujer parecía triste,
decepcionada...muy afectada. Podía ver que todavía le quería y en
cierto miedo fui egoísta y me dio temor, incluso celos. Así que
después de eso, quise saber con todo detalle el porque, la razón
real de la ruptura; quería una explicación razonable, que me
decidiera a hacer lo que tanto tiempo había deseado: amar, esta vez
de verdad. Amar a Joaquín.
Obviamente, supo dármela,
manteniéndose en la fase del desamor en la que se había encontrado,
que justo empezó cuando yo me dirigí a su consulta en busca de
ayuda , razón por la que no me había podido responder, pues no era
el momento, porque antes de empezar una relación, pensó que tenía
que terminar la que había mantenido con su mujer, poco a poco. Y
también pensó en mi: tenía que curarme, por mi beneficio personal.
De todos modos, él sabia ciertamente
que lo esperaría...y había acertado, solo que antes quería
asegurarme: me tenía amor propio.
Podía esperar más, yo no quería
correr y él tampoco. Ambos eramos jóvenes, el tan solo tenía tres
años más que yo...
Quería vivir ese amor como el primero.
Como una niña; inocente, ilusa y extremadamente enamorada. Como un
sueño echo realidad. Una realidad merecida.
Si no era así, no quería que fuera de
otra forma y él lo aceptó sin miramientos.
Podíamos esperar un poco más, ahora
todo estaba claro y la pasión crecía y crecía...así que para
romper tensiones, sin una palabra, me aferré a su cuerpo cálido.
Nos abrazamos con fuerza.
Era un momento más de mi vida que
amaba. Era otra persona que amaba: pero con la diferencia de que...
¿Como era el amor?
Era la primera vez que lo conocía y
estaba feliz por ello.
Amor. Una palabra que lo dice todo, una
en la que nos perdemos buscándola, idealizándola hasta el punto de
desesperarnos por ella y hacernos daño como tontos.
¿Esque no os dais cuenta, de que el
amor no esta solo en la pareja, sino en todos los demás detalles de
la vida? Ni falta hace que os lo nombre! Pensad, recordad y sentidlo.
Que palabra tan sobrevalorada y
errónea...
El amor esta siempre, en nosotros, no
dependemos de nadie para amar, por mucho que amemos a esa persona.
Ese amor no es AMOR; es algo sin nombre, sin etiqueta, pero que se
halla dentro de esa palabra...como tantos otros.
Yo quería a Joaquín porque me causaba
esos sentimientos tan pletóricos...como lo hacía mi negocio, ir a
correr por las tardes, acariciar a mi gata al llegar a casa, tomar un
desayuno por las mañanas...
pero esta claro, que si perdía algo de
eso sentiría lástima...
Tampoco quería pensar en lo que podía
perder, sino en mantenerlo, en apreciarlo ,cada día, y vivirlo
intensamente sin pensar en el tiempo...sin pensar el futuro.
Ahora mismo lo que importaba, es que
estaba enamorada de JOAQUÍN.
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